sábado, 26 de enero de 2013



Recuerda que cada vez que trates de disfrutar fracasarás, así como cada vez que trates de ser feliz no podrás alcanzar la felicidad. De hecho, es absurdo pensar que deber hacer un esfuerzo: la felicidad está aquí, no necesitas alcanzarla. No tienes que hacer nada más que permitirle la entrada. La felicidad está a tu 
alrededor; dentro y fuera de ti sólo ella existe, nada más que ella es real. Observa profundamente el mundo en que vives, a los árboles, a los pájaros, a las rocas, a los ríos, a las estrellas, al sol y a la luna, a las personas y a los animales; observa profundamente y te podrás dar cuenta de que la existencia está hecha de la misma materia que la felicidad. Está hecha de dicha y no hay nada más que debas hacer para disfrutarla. De hecho, es probable que todos tus intentos para ser feliz se conviertan en una barrera para tu dicha así que relájate y verás cómo te llena, como corre dentro de ti, como te desborda.

¿Has observado a un niño corriendo, gritando o bailando por ninguna razón en particular? Si tú le preguntas cuál es el motivo de su felicidad, el niño no sabrá responderte y seguramente pensará que estás medio loco. Seguramente el niño se sorprenderá incluso de que le preguntes sobre la razón de su felicidad. ¿Debe haber alguna para estar feliz? El pequeño encogerá sus hombros y seguirá su camino cantando y bailando nuevamente. El niño no tiene nada, todavía no es primer ministro, presidente de los Estados Unidos o Rockefeller; no posee nada, o quizá tan sólo algunas piedras o conchas de mar que recolectó en la playa, eso es todo.
Fuente: Tónico para el alma. Osho

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