miércoles, 26 de diciembre de 2012

Quinto Chakra: Mantras


Doy seguidamente una relación de los mantras empleados con más frecuencia, con su utilización. No es más que una mínima selección de los posibles mantras eficaces. Su importancia radica en el ritmo y en la vibración general, pero en cualquier caso el MANTRA es una EXPERIENCIA INTERIOR. La plena eficacia de un mantra sólo se revela transcurrido cierto tiempo, por lo que se recomienda adoptar uno de 
ellos durante una semana, o incluso un mes, al objeto de valorar sus verdaderos beneficios.
OM o AOM: El gran sonido primordial, el sonido originario a partir del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos juntos.
OM MANI PADME HUM(«la joya del loto reside dentro»): Mani Padme representa la joya del loto, la sabiduría esencial que incardina las enseñanzas budistas, la esencia divina, mientras que Hum representa la realidad sin límites encamada dentro de los límites del ser individual.
Así Hum une lo individual con lo universal.
Yo soy el que soy: Esta versión en nuestro idioma tiende también a unir lo individual con lo universal.
OM NAMAH SHIVAYA («en nombre de Shiva»): Es uno de los muchos mantras que invocan nombres de divinidades. SIRVE cualquier DIOS o DIOSA, Alá, Brahma, Kali, Diana, y más particularmente aquellas divinidades que presiden el chakra que quieras abrir,
OM AH HUM: Tres silabas de gran poder, que se utilizan a las finalidades siguientes: a) purificar la atmósfera antes de emprender un ritual o una meditación; b) trasmutar una oferta material en su contrapartida espiritual. (Para los cristianos, el mantra Amén tiene un sentido similar al de Aum.)
En japonés tenemos el famoso Namyo Ho Ren Ge Kyo, de significado en cierto modo análogo al del sánscrito OM Namah Shivaya.
Aunque los significados varían de una cultura a otra, semejanzas de tono y ritmo, que probablemente obedecen a un mantra común originario, como también sucede con estos tres:
Del japonés «hacerse uno con el Buda»: Te Gya Te Hara Gya Te Hara So Gya Te Bo Dhi So Wa Ka.
Del tibetano, una invocación a la diosa Tara, deidad de sabiduría y de compasión: Om Tare Tutare Ture Swaha.
Y del chino, el Sutra cordial menor: Gate Gate Paragate Parasamgate Bodhi Swaha.
Los paganos, muy aficionados a las letanías cantadas, nos han dejado ésta que invoca una serie de divinidades femeninas: Isis, Astarte, Diana, Hécate, Démeter, Kali, Ianana.
A la que pueden añadirse los versículos siguientes, por la Diosa o por el Dios: Artemisa, Perséfone, Freya, Habondia, Cerridwen, Hathor, Atenea…... Nuit, o por el Dios: Neptuno, Osiris, Merlín, Mananon, Helios, Shiva... el Cornudo (los puntos suspensivos indican una breve pausa).
En la misma línea, la letanía ritual para trazar un círculo:
La Tierra, el Agua, el Fuego, y el Aire retornan, retornan, retornan, retornan.
O esta otra de Starhawk: Ella cambia todo lo que toca, todo lo que ella toca cambia (repitase) cambia, toca, cambia, toca.
Existen miles de invocaciones y mataras de las diversas culturas y religiones de todo el mundo. En algunos vemos semejanzas de ritmo y entonación, en otros no. El valor más profundo de un mantra tiene que ver con lo que nosotros mismos invertimos en él. Si utilizamos el sonido con asiduidad para nuestras meditaciones, nuestro trabajo, nuestros pensamientos durante el día. Cuando muchas personas utilizan un mantra común, el sonido de éste se «carga» en los planos sutiles y adquiere mayor potencia virtual. Cada vez que empleamos un mantra, el poder de éste aumenta ya que es más profunda la resonancia en que entramos.
Anodea Judith Libro de los chakras

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