domingo, 16 de diciembre de 2012
Segundo Chakra: Meditacion Agua
PRIMERA FASE. El agua purifica tanto interior como exteriormente. Hazte con un vaso de agua y siéntate en silencio a bebértela. Nota cómo se derrama dentro de ti. Siente el frescor, el liquido, cómo cae en tu estómago. Imagina cómo empapa todo tu cuerpo, tus venas, tus músculos, tu sistema digestivo. Moja un
dedo y pásatelo por la cara notando la humedad, la cualidad refrescante.
SEGUNDA FASE. Como paso siguiente vas a purificarte tú mismo. Es un ritual que debe ser completo y gozoso. Sirve para ello una ducha, una bañera, un lago, un río e incluso una sauna. Comprueba que todo lo que te rodea esté limpio; es difícil sentirse puro en un medio ambiente donde impere la suciedad. Si eliges un baño o ducha, escoge las toallas, los jabones y las lociones de tu preferencia y tenlos a mano. Si vas a hacerlo en un río, busca un lugar despejado en la orilla donde puedas tenderte luego a secarte. Si es una sauna, procura reservarte un lugar donde luego puedas estar un rato a solas.
Cuando te hayas sumergido en el agua medita sobre cada una de las partes de tu cuerpo, diciendo «AHORA mis manos quedan limpias; ahora mis pies quedan limpios; ahora mi cara queda limpia, etc.», hasta hacerte uno con el agua. Hecho esto visualiza cómo EL AGUA se lleva todas aquellas cosas que no deseas para ti. Si estás en un medio natural, podrías arrojar algún objeto (no contaminante) al agua para significar que reniegas de esa negatividad que no quieres ver en tu vida. En un medio urbano, arrojamos por el desagüe alguna cosa provista de valor simbólico, que puede ser un líquido.
Mientras te recreas en el baño con el agua a tu alrededor, piensa en los ciclos de flujo y reflujo que ha tenido tu vida. CONTEMPLATE a ti mismo como un instrumento del movimiento. Si tomaras distancia para contemplarte desde otra dimensión, ¿qué pautas se observarían en tus movimientos a lo largo de la vida?
Piensa en las cosas de las que te gustaría LIBRARTE en este momento: hábitos adquiridos, tendencias, recuerdos dolorosos, temores. Mira como fluyen para salir de ti por el cordón, pasando por el fundamento, como un río que desemboca en el mar.
Piensa luego en las cosas que te gustaría APORTAR a tu VIDA: nuevas pautas, nuevas amistades, o acontecimientos deseables. Imagina que cae sobre tu cabeza una catarata de agua que derrama sobre ti todas esas bendiciones. Absórbelas y deja que empapen todo tu cuerpo.
YEMANYA es la diosa del mar en Africa, la Gran Madre. «La visualizamos como una mujer alta y hermosa, radiante y oscura, protectora y devoradora, clara como el cristal y misteriosamente profunda». Es la protectora, la consoladora, la sanadora, la maternal. Sumergido en tu baño, imagina que te acuna y te protege esa gran madre oceánica. Contémplate en el útero de la diosa, como si estuvieras a punto de nacer. Pregúntale qué designios alberga para ti en este nacimiento, y suplícale que sea suave y fácil. Acepta su protección, absórbela, imagina que la compartes con otros. Dale gracias por haber nacido.
Vístete con prendas limpias. Sírvete otro vaso de agua clara y bébelo despacio, en silencio, meditando sobre la naturaleza cíclica del agua y en tu propia posición dentro de esos ciclos.
Si te es posible, visita cuanto antes una gran extensión de agua.
Libro Los Chakras Anodea Judith
Imagen by Denise-Linn
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